En época romana estas tierras ya estaban habitadas. Muy cerca de aquí se fundó el municipio de Tolous, identificado con el Santuario de la Alegría, en Monzón. El geógrafo latino Estrabón, en su obra “Geografía” mencionó la calzada que discurría junto a aquel, uniendo Ilerda (Lérida) y Osca (Huesca). Su trazado atraviesa los campos de Castejón del Puente.

En la antigüedad el río Cinca era conocido como Cinga Rapax (el voraz Cinca), por la bravura de sus avenidas, capaces de destruir los puentes. La calzada romana cruzaba el río Cinca a través del puente, cuyos restos (doce pilastras y los dos estribos) aún se pueden ver cerca de Castejón. Era de gran longitud (unos quinientos  metros y veinte arcadas) y su trazado, en parte, estaba fuera del lecho del río, en previsión de posibles aluviones.

Sin duda, el puente de Castejón fue una pieza clave en las comunicaciones de la zona. Buena muestra de ello es que en sus cercanías se llegó a formar un poblado llamado “El Pon”.

Esta monumental obra continuó en uso durante toda la Edad Media, hasta bien entrado el siglo XVI.

La destrucción definitiva del puente durante las Guerras Carlistas, en el siglo XIX, trajo consigo la necesidad de buscar una alternativa para cruzar el Cinca. Fue así cómo, junto al milenario viaducto, se levantaron un embarcadero y una caseta para el barquero, con sillares reaprovechados de las desmoronadas pilastras romanas.

Una barca de maroma transportaba gentes y mercancías de una orilla a la otra: con la ayuda de una polea y de la fuerza del barquero, una soga movía la barca. Una sirga de acero sustituyó a la soga de esparto poco antes de que el transporte por carretera condenase al olvido a la barca.

 

  • Castejon. Puente romano 2
  • Castejon. Puente romano 3
  • Castejon. Puente romano